Una vez establecida, la mayoría de las madres coinciden en que dar el pecho es una experiencia muy satisfactoria para ellas, ya que tiene muchísimas ventajas para la mamá y el bebé lactante. Pero al principio puede costar un poco.
Y hay ocasiones en las que no resulta para nada sencillo. Sin embargo, casi siempre se puede lograr amamantar con éxito a un bebé si la mamá se lo propone. Las matronas suelen advertir que los primeros 15 días hasta que se establece la lactancia son difíciles. Es, digamos, un periodo de adaptación mutua y a la nueva situación. Aunque es un acto instintivo y natural, ni el bebé nace sabiendo mamar ni tú lo habías hecho nunca antes… ¡Y a ti te toca enseñarle! Sé paciente y no te desesperes.
Una de las cosas que más llama la atención y desorienta a las madres primerizas es la divergencia de ideas, opiniones y consejos que reciben a la hora de dar el pecho. Incluso los propios médicos, pediatras, ginecólogos y matronas dan a menudo información muy diversa: «Deja que te vacíe un pecho, no importa si después no quiere el otro» (bien), «Ponle mejor 10 minutos en cada uno» (mal), «Deja que mame cuando quiera» (bien), «Ponle horarios: que mame cada 2 horas» (mal), «Despiértale si ves que han pasado más de 3 horas desde la última toma, sobre todo de noche» (depende), «No interrumpas su descanso, ya te pedirá él» (depende). Esto se debe a que, aunque todos ellos son especialistas en su campo, ninguno de ellos es asesor de lactancia, el experto que realmente está formado para asesorarte adecuadamente.
Consejos para la mamá primeriza
Estos son algunos consejos que te ayudarán a la hora de superar los primeros días difíciles de lactancia y, en general, a lo largo de todo el periodo de lactancia:
- Lleva siempre contigo y desde el principio una buena crema para prevenir grietas. No tiene por qué, pero desde el momento en que el peque se engancha al pezón, podría salirte la primera.
- Las primeras horas de vida del peque son clave para establecer la lactancia. Cuanto antes empieces mejor. Póntelo en el pecho en el paritorio o nada más subir a la habitación. Al principio puede que esté cansado del parto y se duerma o no haga más que tontear, pero es un buen ensayo. Y no te preocupes por si el calostro no le alimenta lo suficiente: cubre perfectamente las necesidades de tu bebé durante sus primeros días de vida. Evita en la medida de lo posible los biberones de ayuda, las tetinas y chupetes. Corres el riesgo de que te suelte el pecho. Si te han tenido que hacer una cesárea o por algún motivo necesitas unas horas de recuperación antes de subir a la habitación y en ese tiempo tu bebé ha necesitado un biberón, puede que te resulte algo más difícil que te coja el pecho, pero tú insiste: lo conseguirás.
- Da igual lo mucho que el peque esté llorando… si tú no estás cómoda, él tampoco lo estará. El llanto del bebé desencadena una reacción inmediata en la mamá, que suele apresurarse a intentar calmarlo. Una vez en la habitación con él, debes encontrar una postura cómoda para sostenerle y darle el pecho antes de comenzar a amamantarlo porque si no, será sinónimo de fracaso.
- Tú tienes que enseñarle cuál es el agarre correcto del pezón. Así evitarás mordisquitos y pellizcos. El bebé tiene que coger por abajo con sus labios parte de la aureola y estimular con la lengua la producción y salida de leche
Si coge sólo el pezón, procura desengancharle usando con cuidado el dedo meñique para introducirlo en su boca y desprenderle (nunca des un tirón, porque podrías ver las estrellas y causarte una herida) y empezar de nuevo. Trata de introducir en su boca el pezón y la parte inferior de la aureola.
- Ofrece un pecho, deja que acabe y luego le ofreces el otro. Nada de 10 ó 15 minutos en cada pecho. La lactancia materna es a demanda y la manera correcta de practicarla es esa. Él elige cuando desengancharse. Si le quitas el pecho interrumpirás la toma y le desconcertarás, luego puede que no quiera agarrarse al otro ni seguir con el que estaba. Deja que se «desenganche» él solo, después ofrécele el pecho contrario. Si lo quiere, bien. Si no, no pasa nada. En la siguiente toma póntelo en el pecho del que no ha tomado o ha tomado menos cantidad. Casi ningún bebé mama y/o vacía los dos pechos al principio y muchos puede que nunca lo hagan porque no sean tragones o porque un sólo pecho tenga cantidad suficiente de leche para saciarles. Además, la leche del final de la toma es rica en grasas (aporta mayor cantidad de calorías) y se obtiene gradualmente a medida que el niño va vaciando el pecho. Si se cambia al niño de pecho antes de que éste se vacíe, el bebé sólo consumirá la primera leche y no obtendrá el equilibrio natural entre la leche del principio y la del final de la toma, reduciendo el consumo de calorías. Esto puede provocar insatisfacción por parte del bebé, y puede ser una de las causas de baja progresión de peso durante las primeras semanas.
- Tómatelo con calma. Si no sale perfectamente a la primera, es cuestión de seguir intentándolo. Ten paciencia, date tiempo y sé comprensiva.
- Elige una habitación o lugar de la casa tranquilo. Ellos notan tu tensión. Una vez en casa, debes estar relajada y encontrar un lugar especial para los dos. Después le darás el pecho en cualquier lugar y situación, pero cuanto más agradable sea para ambos la experiencia en los primeros días, mejor.
- Hablale y acaríciale mientras amamanta. Su desarrollo y bienestar dependen de ello.
- Disfruta de la experiencia. Al amamantarle practicaras el contacto piel con piel y le dedicarás muchísimo más tiempo. Ambas cosas fortalecerán el vínculo que los une. No es cierto que esta relación entre la mamá lactante y su hijo debilite el vínculo que el bebé tiene a su vez con el padre. El papá puede participar de mil formas diferentes en el crecimiento, desarrollo y educación de su hijo, como ofreciéndose a dormirle, pasearle en brazos, jugar con él, acariciarle, hacerle masajitos, bañarle o cambiarle los pañales.
- Bebe mucha agua. Llévate una botella de agua fresca o un jugo natural siempre contigo. El cuerpo te lo pedirá. Sentirás mucha sed nada más comenzar a amamantar y también justo después. El dolor de cabeza durante la lactancia es un síntoma de deshidratación.
- Prueba diferentes posturas. Sentada le vas a tener que dar el pecho muchísimas veces, pero hay otras posturas que pueden servirte en diferentes ocasiones. Por ejemplo, para las mamis que han sufrido cesárea, la posición inversa es la más cómoda porque el bebé no roza la herida de la barriguita. En el resto de casos, es más frecuente la posición clásica. Muchas matronas enseñan a dar el pecho a la mamá estando ésta tumbada de costado mientras está en el hospital. Esa postura es genial para amamantar al peque durante las tomas nocturnas o durante la siesta. Incluso puede que, si te gusta el porteo, una mochila o fular portabebés te ayude a amamantarle mientras paseáis por la calle o vais de tiendas ¡cada mamá y bebé son únicos!.
- Un buen cojín de lactancia puede ayudarte mucho durante los primeros meses.
- Aliméntate sano. Hazlo por el bien de ambos. No es momento para dietas de adelgazamiento. El pecho te ayudará a perder peso y estar en forma más rápidamente. Pero cuidado también con los excesos: ¡dar el pecho da muchísima hambre! A veces se tiende a comer cosas demasiado grasas o azucaradas. Una dieta sana y equilibrada es lo ideal en este momento. El bebé tiene que alimentarse bien, y tú también. Los alimentos que ingieras ayudarán a que la leche sea mejor y más abundante (¡y no, no dan sabor a la leche!).
- Si te sientes anémica habla con tu médico. Es normal después del parto y al comenzar la lactancia. Casi todas necesitamos tomar vitaminas o hierro durante la primera etapa de la lactancia.
- Donde y cuando él quiera. Así es la lactancia materna: a demanda. Puede que las tomas sean muy seguidas o muy largas, en cualquier caso: olvídate de los horarios y tira el reloj. Hasta pasada la cuarentena por lo menos, tu bebé seguramente no aguante varias horas seguidas sin comer o hidratarse. E incluso después, puede que sea muy tragón. Tranquila, ¡con la leche materna no hay riesgo de que se empache nunca!
- No interrumpas su sueño para alimentarle ni le despiertes a mitad de una toma si se ha quedado frito. No insistas. Él sabe cuándo te necesita. Los bebés necesitan tanto el descanso como comer para su desarrollo y bienestar. Aunque en algunos casos y/o cuando el bebé es aún muy chiquitito, el pediatra puede aconsejar que no se le deje dormir o estar más de 3 horas sin darle el pecho para evitar posibles bajadas de azúcar. Hace poco, una mamá primeriza me contó desesperada que su bebé de 10 días se quedaba dormido y «no acababa su toma». Como consecuencia, esta mami novata y preocupada por el bienestar de su bebé, se pasaba el día con el niño al pecho, sacudiéndole para que se despertase y, según aseguraba, «se le juntaba una toma con otra». A esta mamá nadie le había explicado que la lactancia a demanda significa no establecer horarios ni duración para las tomas y que, por lo tanto, es imposible que se junten unas con otras. Lo que sí puede suceder, es que el peque sea tan tragón que le tengas todo el día al pecho, o que lo pida muy de seguido porque sea tan chiquitín aún que se canse mamando y se quede dormido. ¡Para los recién nacidos mamar supone un ejercicio físico tremendo!
- No le quites la teta si la pide sólo para dormir o consolarse. Aunque te lo aconsejen. Eso también forma parte de la lactancia materna. Es afectividad y tu bebé la necesita tanto para eso como para alimentarse. Tú misma te darás cuenta: la teta es la manera más fácil y rápida de consolar a un bebé lactante.
- Olvida el «dicen que…» y el «siempre se ha dicho…» ¿Dice quién? ¿La vecina del quinto? Haz caso a los especialistas, a tu matrona, al pediatra y al ginecólogo. Todos ellos deberían ser profesionales de plena confianza. Si no lo son, cambia de médicos. Si lo son, no te hace falta escuchar a nadie más… salvo a tu instinto. Piensa si en caso de fiebre alta harías caso a la vecina de tu madre o llevarías al bebé a que lo examinara un facultativo.
- Dar el pecho es un acto de amor, no de esclavitud. Lleva su tiempo, pero no tendrás nunca nada mejor que hacer que pasar tiempo junto a tu bebé. Pide ayuda al papi o a la abuela para que mantengan el orden en casa mientras estableces un adecuado ritmo de lactancia.
- Olvida mitos sobre lactancia materna. La mayoría son falsos y sólo sirven para asustar. Cada experiencia es única e intransferible.
- Cierra los oídos a comentarios negativos. Del tipo «si el bebé te pide tan a menudo es que tu leche no le sacia» o «si llora tanto es que tu leche no es buena» y comentarios por el estilo. Quien te los dice probablemente no ha dado el pecho, no entiende lo que significa el concepto de «a demanda» o ha tenido una experiencia diferente porque, sencillamente, cada bebé es un mundo. Si ves que tu bebé coge peso adecuadamente semana tras semana, es que sois un equipo perfecto y todo va bien. Los especialistas aseguran que incluso las madres desnutridas son capaces de alimentar perfectamente a sus bebés con su leche, pero a algunas personas les extraña que el bebé lactante pida tanto y tan a menudo, pero hay que tener en cuenta que al principio son tan pequeñitos que se cansan en seguida o se quedan dormidos a mitad de la toma y necesitan volver a engancharse al poco tiempo. Además, piensa que para él tú eres todo su mundo y puede querer tenerte cerca aunque no tenga hambre.
- Evita los pensamientos negativos. Del tipo «mi leche no es buena». Claro que lo es. No existe leche materna mala. Y si crees que no tienes cantidad, habla con una asesora de lactancia. Prueba métodos para aumentar la producción de leche antes de tirar la toalla. Y no te extrañes si ves que tu leche cambia de aspecto a lo largo de todo el proceso e incluso en diferentes momentos del día. La leche materna tiene más de 300 componentes que rotan constantemente para adaptarse a las necesidades de tu bebé. En cada momento es siempre perfecta para él.
- Habla con otras mamás lactantes. Tienen experiencia y sus consejos y trucos pueden serte de gran utilidad. Si ellas lo consiguieron, tú también podrás hacerlo.
- Lactancia durante primeros meses o lactancia prolongada. No te agobies con eso, no tienes por qué decidirlo al momento, ya lo iras viendo. La OMS recomienda la lactancia materna como fuente exclusiva de alimentación del bebé durante los primeros 6 meses de vida. Conozco muchas mamás que han parado mucho antes y otras muchas que han prolongado la lactancia durante 2 años e incluso más. Muchas mamás no pueden ni tan siquiera elegir y mucho menos cumplir la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, porque en España, la baja maternal dura sólo 4meses. En estos casos, suele ser útil extraerse leche para quien queda a cargo del peque pueda seguir dándole leche materna con un bibi.
- Sólo tú puedes descubrir lo que es lo mejor para ambos. Si has decidido darle el pecho es porque estás convencida de que es lo mejor para tu bebé. Con el tiempo, comenzarás a adoptar las mejores posturas, horarios y métodos para ambos. También sabrás cuando llega el momento de introducir la alimentación mixta o de eliminar por completo la teta de la dieta de tu bebé porque ha llegado el momento de ser independiente Lo que a una mamá le va muy bien, a otra puede no funcionarle.
Texto de: Una Mamá Novata (https://www.unamamanovata.com/2015/08/17/lactancia-materna-consejos-de-supervivencia-para-la-mama-primeriza/)