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El ejercicio físico es una de las mejores estrategias para devolver la tonicidad a tus músculos y la elasticidad a la piel tras el embarazo. Cuando te hayas recuperado por completo del parto, puedes empezar a caminar al menos veinte minutos al día, un ejercicio que te ayudará a quemar más calorías, a la vez que fortalecerá tus músculos, aumentará tu resistencia y te ayudará a combatir la retención de líquido.
Complementa esas caminatas con ejercicios focalizados como los abdominales hipopresivos, que te ayudan a tonificar el abdomen, combatir la diástasis abdominal y fortalecer el suelo pélvico. También puedes hacer sentadillas para fortalecer los muslos y devolverle su aspecto firme. En cualquier caso, antes de comenzar con los ejercicios es conveniente que consultes a tu médico, sobre todo si has tenido un parto complicado.
La retención de líquidos en el embarazo es una de las causas más comunes de la flacidez del vientre y los muslos en el postparto. Esto se debe a que las células retienen el agua en su interior, lo que provoca la inflamación de las propias células y los tejidos, con la consecuente pérdida de la firmeza de la piel.
Por eso, un buen truco para evitar la flacidez del vientre y los muslos, dos de las zonas más vulnerables a retener líquido durante el embarazo, consiste en beber abundante agua para facilitar su metabolización a nivel celular. También es una estrategia excelente para hidratar en profundidad la piel y favorecer su elasticidad.
La dieta durante el postparto no solo te aporta los nutrientes que necesitas para lactar a tu bebé, sino que también te ayuda a recuperar la firmeza de la piel. Apuesta por alimentos ricos en proteínas, como la pechuga de pollo, los huevos, la leche, el salmón y el queso, porque te ayudarán a fortalecer los músculos y devolverle la elasticidad a tu piel. Incluye también alimentos ricos en ácidos grasos esenciales como el pescado, las nueces y los aceites naturales ya que contribuyen a potenciar la elasticidad de la piel. Los productos con un alto contenido en niacinamida, como las nueces, las alubias y los granos, también son beneficiosos mientras que los alimentos con vitamina C, como las fresas, los kiwis, los tomates y los cítricos estimulan la producción de colágeno.3. Cuida tu alimentación
4. Mima a tu piel
Nutrir tu piel desde el exterior también ayuda a reducir la flacidez y devolverle su tersura y elasticidad. Puedes recurrir a productos naturales como la manteca de cacao o de karité y a productos a base de ginseng, colágeno o coenzima Q10, que contribuyen a reducir las cicatrices y estrías, a la vez que revitalizan la piel devolviéndole su elasticidad y firmeza.
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Tras el embarazo, muchas mujeres se obsesionan con perder peso lo más rápido posible. Sin embargo, si quieres evitar que la piel de tu abdomen y muslos se vuelva flácida, lo mejor será que apuestes por perder peso de forma paulatina ya que así le darás a la piel el tiempo que necesita para recuperarse y no perder elasticidad. Lo ideal es que consultes a tu médico antes de empezar cualquier programa para perder peso y que al menos durante los tres primeros meses no adelgaces más de 1 kilo a la semana.
Texto de https://www.etapainfantil.com